Izaskun Bilbao es una Europarlamentaria del PNV, partido miembro de la Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa. En la siguiente entrevista nos cuenta su visión acerca del presente y futuro europeos.

Fuente: Parlamento Europeo

-¿Puede contarnos algo sobre su background? ¿Qué estudios realizó?

Soy licenciada en derecho por la Universidad de Deusto y MBA en gestión de empresas por la UPV. Profesionalmente soy secretario interventor municipal de habilitación nacional. Aquí puedes acceder a un curriculum algo más completo. Y aquí a mis fichas de parlamentaria tanto en el Parlamento Europeo como en el Parlamento Vasco.

-¿Cómo llegó a convertirse en Eurodiputada? ¿Era un objetivo marcado en su carrera política?

No. En absoluto. Pero me pareció un reto de enorme interés. He vivido intensamente la política vasca desde dentro y he tenido la suerte de ser la primera presidenta de su Parlamento. En esa condición fui además presidenta de la Conferencia de Asambleas legislativas regionales de Europa (CALRE) y ahí comenzó una conexión profunda con las instituciones europeas que es una de las razones por las cuales mi partido me propuso para ser europarlamentaria. Desde esa responsabilidad pusimos en marcha cuestiones como los ensayos para los test de alerta temprana para el control de los principios de subsidiariedad previstos en el tratado de Lisboa. Además creamos un grupo de trabajo sobre federalismo fiscal y adquirimos buenos contactos con instituciones como el propio Parlamento Europeo y el Comité de las Regiones que me han sido muy útiles en esta etapa como europarlamentaria.

Finalmente milito en un partido en el que el europeísmo es una seña de identidad. Nuestro primer Lehendakari, José Antonio de Agirre, participó desde los NEI-s (Nuevos equipos internacionales de la democracia cristiana europea) en los comienzos de la institucionalización del continente. Siempre hemos tenido interés, vocación y ganas de trabajar en este campo, por lo que venir aquí es una misión realmente interesante y motivadora para mí. Te dejo por aquí alguna experiencia vinculada con esta última apreciación.

-¿Qué rol tiene usted en el Parlamento Europeo?

Durante la campaña electoral me comprometí a ser una ventana para que se cumpla el objetivo de que haya más Europa en Euskadi y más Euskadi en Europa. Nosotros somos un país de verdad porque tenemos un sistema fiscal autónomo de acuerdo con la jurisprudencia de los tribunales europeos y somos dueños de parámetros básicos para nuestro balance país. Hemos desarrollado en los últimos treinta años una política económica propia y diferenciada de la de España que ha dado buenos resultados porque produjo una evolución positiva de nuestro tejido productivo, nuestra internacionalización y la sostenibilidad de nuestro crecimiento. Mientras nosotros impulsábamos esta vía, en España se apostaba por la especulación y el crecimiento basado en el turismo y el ladrillo. Los resultados están ahí. Mi misión aquí es hacer eso perceptible en Europa y conseguir que se nos considere y trate en consecuencia. Nosotros hemos hecho los deberes en cuanto a reformas estructurales y en cuanto a equilibrio presupuestario. No nos merecemos en consecuencia que se nos trate como si no hubiésemos hecho ese esfuerzo colectivo. Eso es básico para nuestro futuro económico.

Además de esta misión estructural tengo otras más específicas. Concretamente soy titular de la comisión de transportes y suplente en las de pesca e igualdad.  Y en esos sectores tengo una dedicación especialmente intensa.

Finalmente e insistiendo en esa idea de más Euskadi en Europa = más Europa en Euskadi hacemos un trabajo de fomento de la implicación y participación de la sociedad vasca en los asuntos europeos. Hemos puesto en marcha un sistema de alertas mediante el que remitimos a diferentes sectores económicos y sociales de Euskadi las iniciativas que se van a tratar en las instituciones europeas desde que son, sólo, una consulta pública de la Comisión, hasta que llegan al trámite de segunda lectura en el Parlamento Europeo. Por ese procedimiento recibimos muchas inquietudes y aportaciones que volcamos en nuestro trabajo en el Parlamento Europeo.

En todo caso puedes consultar en mi blog las cosas que voy haciendo desde que estoy aquí.

-¿Cuál es el papel que está teniendo el PE en el marco de la crisis actual? ¿Saldrá reforzado de la misma?

El Tratado de Lisboa ya reforzó la posición del Parlamento Europeo en el entramado institucional de la UE y en el futuro esta posición debe ser la que corresponde a un legislativo en un sistema clásico de división de poderes: Iniciativa, control del gobierno y función presupuestaria. Veo en un futuro no muy lejano un Presidente de la Unión elegido directamente por la ciudadanía y un  sistema a nivel europeo homologable al que funciona hoy en cualquier Estado democrático. Eso obligará a los estados a perder soberanía pero es necesario si nos creemos lo de la unión política y económica. Es absurda una zona con moneda única sin un dispositivo de gobernanza económica y supervisión financiera que nos evite problemas como los protagonizados por Grecia, Portugal, Irlanda o ahora Italia y, sobre todo, España.

-¿Cuáles son los principios de su grupo parlamentario, ALDE (Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa)? ¿Cómo entienden Europa?

Están totalmente encajados en los parámetros que acabo de escribir. El presidente de nuestro grupo es a la vez fundador del grupo “Spinelli” de reflexión sobre cuestiones europeas. Tenemos perfectamente claro que el modelo actual no funciona y que necesitamos una Europa verdaderamente federal. Pero eso choca con el cortoplacismo y el nacionalismo de campanario de muchos Estados.

-¿Cree que la Unión Europea está demasiado burocratizada?

Sí. Es uno de los problemas de este sistema de toma de decisiones y de la heterogeneidad de procedimientos y criterios sobre el control de la eficacia del gasto público que existe en los 27 Estados de la Unión. Decidir algo cuesta mucho porque hay que poner de acuerdo a muchos y dejarse muchos pelos en la gatera. Ejecutar cuesta mucho porque hay que asegurarse de que los recursos europeos se utilizan correctamente. Los programas europeos funcionan en países serios, con una tradición contrastada de rigor en el seguimiento y evaluación del gasto. Así que eso obliga a establecer controles y procedimientos pesados y complejos. Eso irá mejorando a medida que seamos, de verdad, una Unión Federal de Estados que asumen unas mínimas normas básicas de funcionamiento compartido.

-¿La toma de decisiones actualmente en la UE está condicionada enteramente por la crisis?

Evidentemente. Pero creo que hay que invertir el paradigma. La crisis está condicionada por los procesos de decisión europeos. Sin gobernanza económica ni supervisión financiera no hay manera de enfrentar un poder público de la suficiente dimensión y capacidad a los problemas que originan los desequilibrios financieros generados por algunos países que han gastado muy por encima de sus posibilidades y el jugoso negocio que esta debilidad ofrece a los tiburones que viven de la especulación. Esos movimientos se frenan con normas compartidas de obligado cumplimiento en toda la eurozona, restricciones para estos movimientos especulativos impuestas por un poder suficiente y también de nivel europeo (tasa de transacciones financieras) y gobernanza y supervisión que permitan poner en marcha dispositivos de mancomunitarización de la deuda (eurobonos) que ofrezcan confianza a quienes sí han hecho los deberes.  No hay otro procedimiento.

-Si estuviese en su mano la posibilidad de cambiar algo de la UE, ¿qué sería?

He respondido a esta pregunta en los apartados anteriores. Una Europa Federal con una verdadera gobernanza política y económica a nivel continental.

-¿Le preocupa la desafección ciudadana por el proyecto europeo? ¿Cómo se puede luchar contra la misma?

Es un grave problema, alentado por los políticos y la prensa más reaccionaria del continente, que escribe parapetada tras las banderas de cada Estado. A la gente hay que recordarle que Europa es útil. Así se ganó el favor ciudadano este gran proyecto cuando fue en sus inicios una garantía contra la amenaza de la guerra. Ahora es la única respuesta posible a una crisis global que requiere un rearme de valores, una puesta en valor y defensa del modelo social europeo y una apuesta rigurosa y planetaria también por los criterios de desarrollo contenidos en la Estrategia 2020: crecimiento sostenible, inteligente e integrador.

-¿Cómo ve la UE de aquí a 1 año? ¿Y de aquí a 5?

Me gustaría que alcanzase la situación a la que me estoy refiriendo. Cuando Herman Van Rompuy dice muchas veces que dentro de diez años se mirarán estos tiempos de turbulencia y de sucesivas y aparentemente inútiles cumbres europeas como los tiempos en los que se refundó Europa, creo que tiene toda la razón.

-Muchas gracias. Ha sido un placer.