La Francia de Vichy
La Francia de Vichy es el nombre con el que conocemos el régimen que se instauró en buena parte del territorio francés y la totalidad de sus colonias tras el armisticio firmado entre la III República francés y el III Reich alemán en el contexto de la II Guerra Mundial. Tras la derrota sufrida por el ejército francés en junio de 1940, el mariscal Pétain, héroe de guerra desde la I Guerra Mundial por el papel desempeñado en la batalla de Verdún, tomó el poder y solicitó un armisticio que tuvo lugar el 22 de junio de 1940. Éste se firmó en el mismo vagón de tren donde años atrás los oficiales alemanes firmaron el armisticio de la I Guerra Mundial, por lo que el valor simbólico de la firma fue innegable.
En base a éste, tres quintas partes del suelo francés pasaban a estar bajo el dominio del III Reich, mientras que el territorio remanente se constituía en torno a un sistema que tenía como rasgos fundamentales la supresión de la democracia parlamentaria y el establecimiento de un régimen autoritario, que, como no podía ser de otro modo, mostraba su simpatía con los movimientos fascistas que desolaban Europa.
El nuevo régimen, que tomó el nombre de Estado Francés (État Français) eliminando toda referencia a la República, y cuya capital radicó en Vichy, modificó de forma radical la estructura estatal existente. Una gran cantidad de artículos de la Constitución fueron modificados con la finalidad de encauzar la llamada “Revolución Nacional”, cuyo lema inspirador era “Trabajo, Familia y Patria”.
En torno a este cambio de rumbo, varios organismos fueron creados con la finalidad de dotar de permanencia en el tiempo a los principios que inspiraban el régimen. Entre ellos encontramos los Campos de Formación Juveniles, que con el tiempo se convertirían en las Canteras de la Juventud Francesa, o, desde una perspectiva puramente económica, los Comités Profesionales de Organización y Repartición.
Ahondando en el ámbito económico, se llevó a cabo la imposición de un tipo de cambio oficial del marco alemán y el franco galo, lo cual permitió un descenso de los precios. Del mismo modo, se desarrolló un proyecto económico paneuropeo, que, en la realidad, venía a significar la subordinación total de la economía francesa y la de sus colonias, al III Reich.
El agrarismo ocupó también un papel importante en la Francia de Vichy. Si tenemos en cuenta que las zonas industriales de Francia se encontraban bajo la administración directa del III Reich, la lógica del favorecimiento de las condiciones de los campesinos se muestra clara ante nuestros ojos. De este modo, numerosos fondos y ayudas fueron otorgados a los campesinos, quienes mejoraron su nivel de vida, mientras que por su parte, los obreros industriales de las ciudades vieron cómo las condiciones laborales, así como su capacidad económica, caían en picado. En este contexto, fue promulgada la “Carta del Trabajo”, cuya consecuencia directa fue la pérdida de poder del obrero.
Otras medidas centradas en la organización del Régimen fueron acometidas desde Vichy. Éstas fueron desde lo meramente simbólico, como la unificación del permiso de conducción, la instauración del día de la madre o la prohibición de fumar en las salas de espectáculos, hasta aspectos realmente básicos como consecuencia natural de la guerra, siendo un ejemplo de esto la creación del Ministerio de la Reconstrucción.
Pero si queremos encontrar un punto clave de influencia alemana, lo encontramos en la promulgación de leyes antisemitas que sentaron las bases del desarrollo de un nacionalismo de exclusión. Al igual que ocurrió en Alemania, otros colectivos fueron también perseguidos, de manera que, comunistas, gitanos y masones se vieron obligados a pasar a la clandestinidad, pero al igual que ocurriera en la totalidad del territorio europeo controlado por el III Reich, la población judía fue la que sufrió las peores condiciones.
El 3 de octubre de 1940 fueron aprobadas leyes antisemitas que se verían ampliadas por una posterior regulación con fecha de 2 de junio de 1941. Éstas, siguiendo las Leyes de Nuremberg ya aprobadas por el Tercer Reich, significaron la persecución y la deportación de los judíos residentes en Francia, así como la prohibición de participación de los franceses judíos en actividades públicas y de la administración.
Como hemos visto, la autonomía del régimen de Vichy era mínima, desapareciendo definitivamente el 11 de Noviembre de 1942. El día 8 del mismo mes, las tropas del general Eisenhower desembarcaron en Marruecos y Argelia, territorios bajo el dominio del régimen de Vichy, y como respuesta las tropas alemanas e italianas tomaron el territorio francés administrado por Pétain.
Finalmente, la creación de un Comité Francés de Liberación Nacional en Argelia, dirigido por el que a la postre se convertiría en el presidente francés, Charles de Gaulle, su conexión con la resistencia francesa y el posterior desembarco estadounidense en las costas de Francia, acabaron con uno de los periodos más oscuros de la historia francesa, así como con el poder del mariscal Pétain, que tras su vuelta a Francia fue condenado a muerte, aunque dicha pena sería posteriormente conmutada por la cadena perpetua.
Enrique Roldán Cañizares