Tras entrar en el nuevo siglo, las relaciones sino-latinoamericanas están experimentando su mejor momento[1], lo que ha levantado en el mundo occidental ciertas sospechas y preocupaciones por la política geoestratégica china.

I. Beneficio mutuo en las relaciones económicas bilaterales

La teoría de la “dependencia económica[2]”, que estaba de moda en la segunda mitad del siglo pasado, ha sido una barrera para las relaciones entre los países latinoamericanos y algunas potencias, especialmente Estados Unidos, mientras que en la actualidad el mismo dilema parece ocurrir con China. Sin embargo, es evidente que en las últimas décadas Latinoamérica ha logrado un gran desarrollo económico y político, siendo Brasil el mejor ejemplo de ello. Este país, en los últimos cuarenta años ha llevado a cabo una gran revolución industrial, llegando a situarse en el séptimo puesto mundial en lo que a Producto Interior Bruto (PIB)[3] se refiere.

De todas formas, nos podemos imaginar que si el modelo de comercio entre China y Latinoamérica continúa la línea tradicional de comprar materias primas y vender manufacturas, se producirán sin lugar a dudas cada día más fricciones conforme vaya aumentando el desequilibrio comercial. Por tanto, es prioritario construir un nuevo modelo de comercio bilateral para buscar formas de incrementar el valor de los productos latinoamericanos. En los últimos diez años, China ha llevado a cabo grandes inversiones en esta zona, principalmente en el sector energético y en infraestructuras: primero en Venezuela con un proyecto de inversión de 5.000 millones de dólares en energía y luego otros 9.000 millones en la construcción de vías de ferrocarril y en viviendas; en Brasil, 10.000 millones en el sector energético; en Bolivia, 1.500 millones en la empresa estatal de gas y electricidad, etc. Por supuesto, para China sigue siendo una prioridad “reforzar la cooperación y coordinación estratégica con los principales países de la región como con Brasil, México y Argentina en el marco del G-20[4]”; sin embargo, en el futuro será fundamental diferenciar bien su modelo de inversión con respecto a Occidente (transmitir el mensaje del beneficio mutuo y seguir construyendo la imagen de socio amistoso).

II. Poder blando y colaboración cultural

Es bien sabido que en el mundo actual de globalización, el poder blando[5] ejerce un papel cada día más relevante; para eso, la influencia cultural es un elemento de plena importancia. El Instituto Confucio puede servir a este propósito como puente de intercambio cultural; la formación del español y portugués a ciudadanos chinos ayudará en gran medida a la promoción del conocimiento mutuo; igualmente, la integración de la comunidad china en los países latinoamericanos tendrá una gran importancia.

España y Portugal tienen un enorme potencial en la triangulación China-Península Ibérica-América Latina. Históricamente ha sido China un punto de tránsito en la trayectoria del “Galeón de Manila[6]”; no obstante, hoy en día con el cambio de contexto internacional y por sus vínculos históricos, los dos países peninsulares podrán desempeñar un papel fundamental en este sentido.

III. Factor americano: mejor respetar que enfrentar

Estados Unidos ha tenido siempre una ventaja geoestratégica en su “patio trasero”. Pese a las discrepancias existentes y el movimiento izquierdista latinoamericano, la potencia norteamericana sigue ocupando un lugar privilegiado en términos de influencia. La Casa Blanca ve con recelo el aumento del intercambio comercial entre China y los países latinoamericanos, especialmente por lo que supone en cuanto a la creciente influencia del gigante asiático. Como ejemplo de ello tenemos la especial atención estadounidense en la administración del Canal de Panamá, y también en las barreras impuestas para frenar el proceso de incorporación de China al Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Dado que la influencia americana es un factor real e inevitable, quizá para el gobierno chino sea más pragmático canalizar la preocupación de Washington por el gigante asiático.

Los países centroamericanos constituyen un bloque frágil en la diplomacia de Beijing. El núcleo de la complejidad es sin duda alguna, el tema de Taiwán. En este tablero, los que entran en el juego no sólo son las dos partes en cuestión, sino también la política exterior de la Casa Blanca. China, evidentemente, todavía no llega a tener el mismo peso que posee EE.UU en la región, y parece evidente que Washington seguirá muy alerta ante las acciones de Beijing, tanto en asuntos económicos como en políticos. Teniendo en cuenta esta preocupación americana, el gobierno de Xi Jinping deberá inyectar un tranquilizante a la relación con la Casa Blanca en este sentido, demostrándole que China procurará no tener una rivalidad con EE.UU. en Latinoamérica y el Caribe.

IV. Conclusiones

Las relaciones con los países latinoamericanos ocupan un lugar relevante en la política exterior de China, especialmente en un siglo XXI en el que cada día tiene más importancia el desarrollo. Cuanto más estrechos son los intercambios, más oportunidades se producen. Como el poema que citó el presidente chino Xi Jinping en su última visita a Latinoamérica en junio del presente año: “Con tener amigos, la lejanía geográfica se supera.[7]” Lo mismo se reiteró en el seminario internacional ILAS-IOA “China y las Américas: Socios Cooperativos en el Mercado Energético” que tuvo lugar en Beijing en octubre del mismo año.

Dichas relaciones significan para China al mismo tiempo un gran reto, teniendo en cuenta las complejidades existentes tanto en el ámbito interno como en el externo. En cualquier caso, el “Chinese Dream[8]” parece tener aquí un buen terreno donde desarrollarse.

Huiling Luo

[1] Tomando como referencia el activo intercambio económico entre China y Latinoamérica, el volumen de comercio bilateral fue 10,000 millones de dólar aproximadamente, en 2007 superó a 100.000 millones de dólar mientras que en el año pasado, 2012, esta cifra alcanzó a 261.200 millones de dólar. Citado desde la prensa digital china People,《前驻哥伦比亚大使谈中国与拉美关系·双边贸易飞速发展》: “El ex embajador chino en Colombia habla de las relaciones sino-americanas, desarrollo acelerado del comercio bilateral”, en http://www.people.com.cn/, 5 de junio de 2013. La traducción es propia.

Véase: http://politics.people.com.cn/n/2013/0605/c1001-21748763.html

[2] “Es un conjunto de teorías y modelos que tratan de explicar las dificultades que encuentran algunos países para el despegue y el desarrollo económico. Surgieron en los años sesenta impulsadas por el economista y argentino Raúl Prebish y la CEPAL. Inicialmente se dirigieron al entorno latinoamericano. Posteriormente fueron generalizadas por economistas neo-marxistas entre los que destacó Samir Amin, asociándolo al concepto de desarrollo desigual y combinado.” Véase “Enciclopedia Multimedia y Biblioteca Virtual de Economía”, capítulo Crecimiento y desarrollo, “La teoría de la dependencia”, http://isis.faces.ula.ve/computacion/emvi/18/dependencia.htm

[3] En International Monetary Fund, “Report for Selected Country and Subjects-Brazil, 2011-09-20”.

[4] XU, Shicheng, China: seguro socio estratégico de América Latina y el Caribe, ponencia en el Seminario Internacional “América Latina y el Caribe y Chin: condiciones y retos en el siglo XXI”, 28-30 de mayo de 2012, Ciudad de México.

http://www.redalc-china.org/PP%20Seminario%20ALC-CHINA/Conf%20magistrasles/Xu%20Shicheng.pdf

[5]Poder blando”, o “soft power” en inglés, es un término acuñado por Joseph Nye, profesor de la Universidad Harvard, en sus libros Bound to Lead: The Changing Nature of American Power (1990), Soft Power (2004), dicho término se usa en relaciones internacionales para describir la capacidad de un actor político, por ejemplo un Estado, para incidir en las acciones o intereses de otros actores valiéndose de medios culturales e ideológicos, con el complemento de medios diplomáticos. Véase NYE JR, Joseph S., CHAU Shaun, SOUTPHOMMASANE Tim, Talking power, en “The Oxonian Review”, 1 de marzo de 2005, [http://www.oxonianreview.org/wp/talking-power-an-interview-with-joseph-nye/](http://www.oxonianreview.org/wp/talking-power-an-interview-with-joseph-nye/, y Smart Power, 29 de noviembre de 2007, [http://www.huffingtonpost.com/joseph-nye/smart-power_b_74725.html](http://www.huffingtonpost.com/joseph-nye/smart-power_b_74725.html

[6] “Galeón de Manila”, también llamado el “Nao de China”, era el nombre con el que se conocían las naves españolas que, entre los siglos XVI y XIX, partiendo desde los puertos de Sevilla y pasando por Asia del Este, cruzando el Pacífico y al final llegaban a los puertos de Acapulco y Veracruz de “Nueva España”. Véase VAN DEN BRULE, Álvaro, El Galeón de Manila, la ruta que no pudieron controlar los ingleses, en “El Confidencial”, 22 de julio de 2013.

http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2013/06/29/el-galeon-de-manila-la-ruta-que-no-pudieron-controlar-los-ingleses-123939

[7] El poema original es “海内存知己,天涯若比邻。” citado por Xi en su entrevista con prensas latinoamericanas.

[8] Se lanzó por primera vez el 29 de noviembre de 2012 en un discurso de Xi Jinping y se ha repetido constantemente en las entrevistas y eventos internacionales. Se ha convertido como un lema de la nueva administración china, el cual destaca reforzar la imagen nacional tanto de China como de su pueblo.