El Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE) es el cuerpo diplomático de la Unión Europea. El Tratado de Lisboa prevé la creación de este organismo y del Alto Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, quien dirige el SEAE y también ostenta una de las vicepresidencias de la Comisión Europea.

Es complicado hacer una evaluación de los primeros años de funcionamiento del SEAE sin tener en cuenta que su puesta en marcha en 2010 coincidió con una serie de acontecimientos internacionales difíciles de manejar: la eclosión de las “primaveras árabes”, el terremoto de Haití, o la crisis de Mali y el Sahel por el avance de los yihadistas de Al-Qaeda en el Magreb.

No obstante, y a pesar de las grandes críticas formuladas contra Catherine Ashton, la Alta Representante predecesora de Federica Mogherini, el SEAE bajo su dirección logró algunos hitos significativos, entre los que se encuentran la firma del Acuerdo de Libre Comercio UE-Corea del Sur en un tiempo récord (2011), la mediación en el acuerdo entre Serbia y Kosovo (2013) o las negociaciones sobre el programa nuclear iraní (2014).

El pasado 30 de agosto los jefes de Estado y de Gobierno de los 28 eligieron a la joven Ministra de Exteriores italiana, Federica Mogherini, como Alta Representante de la UE para la Política Exterior durante los próximos cinco años. Nacida en Roma y licenciada en Ciencias Políticas, Mogherini, al igual que su predecesora británica, proviene de la familia política socialdemócrataDe forma similar a lo que sucedió con Catherine Asthon, su nombramiento ha levantado recelos por su ‘poca experiencia’ para el cargo y, por otro lado, ha recibido críticas por su política moderada respecto a la Rusia de Vladímir Putin en la crisis ucraniana, especialmente a juicio de los países del Este.

No obstante, sus benefactores destacan que Mogherini ya ha ocupado cargos relacionados con la política exterior y seguridad: aparte de Ministra de Exteriores italiana durante siete meses, fue secretaria del Comité de Defensa y de la delegación italiana en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, y el 1 de agosto de 2013 fue elegida jefa de la delegación italiana de la Asamblea Parlamentaria de la OTAN. También se ha resaltado su pasión por las relaciones internacionales y su edad, que la convierte en uno de los rostros jóvenes de la nueva generación de políticos comunitarios.

Como la propia Mogherini destacó en la rueda de prensa que siguió su nombramiento como nueva Alta Representantes, Europa, y el SEAE en particular, debe afrontar grandes retos, tanto en suelo europeo (como la crisis en Ucrania, ante la que se ha mostrado partidaria de una combinación inteligente de las sanciones con la vía diplomática ante Rusia) como fuera del continente (con Irak, Siria y Libia como algunos de los escenarios fundamentales). A todo ello debe añadirse que la UE se encuentra aún en un contexto de crisis con severas restricciones presupuestarias y con una recuperación económica incierta que no termina de llegar.

Mogherini es consciente de la aún volátil situación en los países del Mediterráneo y Oriente Medio y los riesgos y amenazas que de ello pueden derivarse para la seguridad europea e internacional. De la socialdemócrata se espera quizá una mayor implicación en los problemas de seguridad del mediterráneo y la cuestión de la inmigración irregular donde ha afirmado que la solución pasa por mejorar los acuerdos con los países de origen y la cooperación internacional. El proceso de paz árabe-israelí y el auge yihadista de ISIS en Irak y Siria también son problemas que deberá abordar la nueva Alta Representante. En el plano económico-comercial, Mogherini ha destacado el Acuerdo de Libre Comercio e Inversiones entre la Unión Europea y los Estados Unidos (TIIP, por sus siglas en inglés) y la importancia de los países de América Latina y el Caribe así como de los socios asiáticos.

Finalmente, la nueva Alta Representante está llamada a abordar ciertas reformas en el propio SEAE para mejorar su eficiencia y potencial. Mogherini ha pedido más unidad y coordinación entre los Estados Miembros y las instituciones europeas para mejorar la política exterior de la Unión, así como una visión estratégica a largo plazo, y se ha comprometido a trabajar más estrechamente con los Estados y el Parlamento Europeo. El tiempo dirá si la italiana mantiene el tan criticado perfil bajo de su predecesora o forja un liderazgo fuerte como una Alta Representante que aúne los diversos intereses de los Estados Miembros de la Unión, logrando una política exterior europea más potente y eficiente.

Jesús Valles