Javier Nart, diputado en el Parlamento Europeo por Ciudadanos, partido político español inscrito en el grupo de la Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa, es entrevistado por Salvador Llaudes en el marco de su visita a la sesión plenaria de la semana del 15 de diciembre en Estrasburgo.

– ¿Qué tal los primeros meses en el Parlamento? ¿Cómo se organiza el trabajo?

Lo cierto es que hay mucho trabajo, de 9h a 21h, y a mediodía como sushi en mi despacho. Deseo que el trabajo realizado sea bueno, pero te juro que es intenso, es abrumador. El Parlamento Europeo no tiene nada que ver con el español. Es un Parlamento donde el parlamentario es actor pleno, con su propia responsabilidad y donde los medios que tiene son impresionantes. Con los elementos que tenemos en el Parlamento Europeo deberíamos hacer muchísimo más, pero la estructura propia, el elefante gigantesco que es este Parlamento, es de lenta reacción.

Nosotros somos un grupo de dos (junto a Juan Carlos Girauta, también de Ciudadanos) que tiene la absoluta necesidad de responder a la gente que nos ha votado, estando en la mayor cantidad de lugares dentro de nuestras posibilidades. Yo estoy en la Comisión de Asuntos Exteriores, en el Subcomité de Defensa y Seguridad, en el Comisión de Desarrollo, con presidencia y vicepresidencia en dos grupos de trabajo de dicha comisión, y en la delegación África-Caribe-Pacífico, con vicepresidencia. Esto si lo tomas en posición de trabajo, te abruma. Y yo creo que es un deber hacerlo así.

– ¿Qué opinión le merece Luxleaks, un escándalo que ha marcado en buena medida los primeros pasos de esta nueva Comisión?

Lamentablemente, lo que hizo Luxemburgo es absolutamente legal. Otra cosa es que sea rigurosamente inmoral. Y otra cosa final es que la UE lo practica y lo permite. Y es que Luxemburgo se llama Irlanda, Austria, Holanda, y tantas otros. Por lo tanto, cuando el señor Juncker se levantó señalando “muchos de ustedes son peores que yo”, eso es porque permitimos que sucedan estos escándalos. El tema es que lo que tiene que llevarse a cabo es una solución común de armonización fiscal, pero ya no sólo por una cuestión ética, sino por una meramente práctica. Tú no puedes establecer una unión monetaria sin una unión económica y no hay unión económica sin unión fiscal.

Juncker ha terminado su misión en Luxemburgo. En Luxemburgo ya no será más, y en Europa puede ser muchísimo menos. Puede convertirse en un apestado y ser expulsado tras una moción de censura. Yo en los cazadores furtivos convertidos en guardabosques tengo una gran confianza, excepto que los coja cazando. Se le ha dado un tiempo para que cree una política real de unión fiscal. Si en ese tiempo no se produce, ALDE se va a desmarcar inmediatamente, y desde luego yo mismo lo haré. La moción de censura es latente si el señor Juncker no da una respuesta clara a un problema del que se ha beneficiado de una manera obscena Luxemburgo.

– Uno de los grandes desafíos a los que se enfrenta la política en estos días es la desafección ciudadana. ¿Cómo se lucha contra ella?

No se conoce lo que hacemos en las instituciones europeas. Todavía existe el pensamiento de que lo que te toca es lo que hace el Parlamento español o el Ayuntamiento. Si me apuras, ni siquiera se cree que sea importante lo que hace el Parlamento regional. La realidad es que aproximadamente el 70% de cada cosa que ocurre en cada país de la UE es Parlamento Europeo y después es transposición material de normas generales del Parlamento o transposición automática. O sea, cuando tú le dices a la gente que todo lo que usted hace, todo lo que usted practica, empezando por el electrodoméstico que se compra (sujeto a normas europeas de uso, funcionamiento y seguridad), viene de Europa, la gente lo desconoce absolutamente.

– ¿Es entonces un fallo de comunicación?

Sí, ahí fallamos todos, los eurodiputados también. Yo me he propuesto, y casi lo consigo, estar por lo menos una vez al mes en distintos lugares explicando lo que se está haciendo.

El propio Parlamento también comete errores en temas de comunicación. A mí, personalmente, las visitas que se hacen me parecen una pérdida de tiempo y dinero. El tema no es que 200 personas vengan al año al Parlamento y sepan lo que es. En este momento gracias a los sistemas de comunicación existentes, se puede ver y seguir todo y es mucho más barato. Por ello, a la culpa institucional hay que sumarle una personal, individual.

– Además de los problemas comunicativos, existen otros agravantes para la desafección, como puede ser la corrupción, ¿no lo cree así?

Claro, la corrupción es un asunto esencial en la desafección ciudadana. Pero la realidad es que hay dos tipos de corrupción: la corrupción del corrupto y la corrupción del observador. A modo de ejemplo: Jesús Gil era el corrupto estereotípico. Una vez me dijo la siguiente frase: “Nart, es usted un cándido, no sabe usted lo barato que está el kilo de concejal”. ¿Por qué le votaban y le seguían votando en Marbella?

Lo que ocurre es lo siguiente: durante 35 años, hasta hace 5, todo el mundo contemplaba la corrupción y seguía votando a los partidos de la corrupción. Felipe González, en cuyo partido yo estaba en ese momento, en el PSOE, con Filesa no perdió, siguió ganando. Y Filesa no era una anécdota, era una categoría. Como la trama Gurtel o el “caso Pujol”, que es el “caso Convergencia”.

– ¿Cuál es su posición acerca de la democracia interna de los partidos?

Yo creo que por una cuestión de sanidad, el liderazgo o cargos en los partidos debería ser de carácter temporal. No puede ser que se entre en las juventudes socialistas o populares y se termine de Presidente del Gobierno sin haber visto ni 5 minutos de tu vida el mundo exterior. Siempre dentro del útero materno del partido. De miembro de las juventudes has pasado a concejalito de tu pueblo o lo que fuere, de ahí a diputado provincial, al Congreso de los Diputados, y de repente te encuentras como Presidente del Gobierno, como es el caso de Zapatero o tantos otros.

Esto fomenta que si discrepas de la línea de mando pasas a la nada. Discrepas cuando tienes el mando, porque es cuando tienes la autonomía, pero mientras estés en la escalera tienes que estar en la disciplina de la escalera, porque si no lo haces te caes. Podemos observar cómo no existe discrepancia en ningún partido político y lo que hay es una ciega obediencia a lo que dice el poder. La discrepancia siempre se produce después. Cuando el líder es antes indiscutido, ahora es ex-líder y, por tanto, discutible.

¿Cómo se supera eso? Una de las posibilidades implicaría que no puedes estar en política más de X años. Problema que ello da: la puerta giratoria. Pero bueno, prefiero una puerta giratoria temporal, porque al final se va diluyendo tu relación anterior con el poder, que la permanencia continua, y que entres con pantalón corto y salgas en el féretro, estando toda tu vida dentro del partido. Eso es una patología que lo que te crea es un funcionariado obediente. Sólo hay que observar las enormes unanimidades que hay en los congresos. Yo ya te adelanto que soy un pájaro pasajero y que no soy un político. Yo soy abogado, antiguo corresponsal de guerra, que estoy en esto un rato. Y después me voy a mis cosas y a mis casos. Yo no soy un profesional de esto ni lo seré. Y respeto profundamente a los políticos. Ahora, los funcionarios de la política, por honrados que sean, no me gustan nada.

– ¿La regeneración política en España pasa por la existencia de nuevas formaciones políticas?

Nosotros pensamos que es más importante la sociedad que el partido, y existen personas en UPyD que coinciden totalmente con nosotros. Con estas personas ya hay convergencia. Nosotros no somos un partido político que esté simplemente intentando alcanzar las mayores cotas de poder. Ninguno de nosotros ha entrado en política por “vocación política”. Hemos entrado en política por una auténtica necesidad social. En Cataluña estábamos huérfanos y hemos encontrado la misma orfandad en el resto de España y entendemos que no es un problema de tercera vía, es un problema de profunda regeneración.

Cuando observamos los partidos tradicionales como PP y PSOE, yo me pregunto dónde está la regeneración. ¡Si están exactamente en lo mismo y los mismos! ¿Cuándo Pedro Sánchez alzó la voz contra las ocurrencias letales para España y el PSOE de Rodríguez Zapatero? La regeneración es absolutamente imprescindible, como así también lo entiende la inmensa mayoría del pueblo español. Así se entiende el ascenso de Podemos, que aunque es digno de estudio yo estoy seguro de que no va a significar lo que hoy plantean las encuestas. Yo les doy un porcentaje de voto en las generales, y hago la profecía, de un 15%, dos puntos arriba o abajo. Para nosotros auguro un resultado en torno al 8%, lo que sería un magnífico buen resultado.

– Por último, Javier, ¿cómo ve la situación en Cataluña?

El hecho de que un partido clave como el Partido Socialista, se convierta en anecdótico en Cataluña, y que el PP sea irrelevante, cuando es un partido pilar en España, es consecuencia de una patología propia, no de una maldad intrínseca a los separatistas. Los separatistas en Cataluña han hecho el trabajo que tenían que hacer. Yo no tengo nada que decir contra Esquerra Republicana. Esquerra es separatista, lo ha sido siempre, y me merece tanto el mayor de los respetos como la absoluta discrepancia. Otra cosa es Convergencia, que es de un oportunismo patético. Y que además sabe que esto sería un caos económico para Cataluña.

Pero bueno, esto es un problema del señor “Moisés”, Artur Mas, que además tiene una cuestión que a mí me deja atónito: ¿Cómo van a gestionar bien Cataluña si es un partido corrupto hasta la médula, con su sede embargada por corrupción, y con la deuda pública duplicada de la que recibió de Montilla? No hay nada más útil para mover las voluntades en momentos de crisis que la tribu, “que me salve yo, y que se hundan los demás”. Son factores muy primarios, y efectivos. En este caso, “España nos roba”, así que mejor nosotros solos. La realidad es que en el momento en que fuésemos independientes, perderíamos la financiación europea, la española, perderíamos entre el 30 y el 40% del mercado español por el efecto frontera y tendríamos una crisis económica descomunal. Esto no se dice. En Cataluña lo que es tremendo es que se habla de sentimientos y no de pensamientos. Cuando tratas de explicar, te hablan de la “política del miedo”.

– Muchas gracias por su tiempo.