Después de una primera entrega, en la que Jose A. Gil Celedonio nos daba una pequeña introducción acerca del próximo ciclo electoral en los Estados Unidos y una segunda, en la que hablaba de la Cámara de Representantes, hoy nos muestra las claves del futuro del Senado estadounidense.

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Tras la ola conservadora de 2010, que hizo que la amplia mayoría demócrata en el Senado se redujese considerablemente, los republicanos se frotaban las manos porque pensaban que los demócratas tendrían flancos muy débiles en 2012. La impopular senadora por Missouri, Claire McCaskill, sería así derrotada. Jon Tester, senador de Montana, caería en un estado que no votaba presidente demócrata desde la época de Clinton. La retirada de los veteranos senadores como Lieberman (independiente-demócrata, Connecticut), Ben Nelson (Nebraska), Bingaman (Nuevo México), Conrad (Dakota del Norte) o Kohl (Wisconsin) abrían oportunidades únicas. Además, por primera vez en mucho tiempo, contaban con un senador moderado por Massachussetts, Scott Brown, que había conseguido el escaño tras el fallecimiento de Ted Kennedy, el león liberal. Sus escaños estaban seguros: desde Olympia Snowe, la moderada senadora de Maine, hasta Wicker, de Mississippi, pasando por Dick Lugar de Indiana, todos los pronósticos eran buenos.

Source: cbcnews

Pero la realidad fue otra. Después de un duro proceso de primarias, el candidato republicano Todd Akin de Missouri habló de violaciones legítimas en un debate, y la senadora McCaskill salió reelegida por un amplio margen, a pesar de su impopularidad. Tester, en Montana, ganó también. De todos los escaños abiertos por la retirada de demócratas, sólo el de Nebraska pudo ser ganado por una candidata republicana. Ni siquiera Dakota del Norte, donde en 2010 un candidato republicano había ganado el otro escaño senatorial con un sobrecogedor margen, votó mayoritariamente republicano. Tampoco Connecticut, a pesar del dineral invertido en la campaña de la candidata McMahon. Si ese hubiese sido el resultado, podría haber sido aceptable aunque en parte decepcionante. Pero había más y peor: el veterano Lugar, que había asegurado un escaño en Indiana durante décadas con márgenes asombrosos, perdió las primarias republicanas contra Mourdock, del Tea Party, que acabó, a su vez, siendo derrotado por un demócrata moderado en la elección general, Donelly. Scott Brown no pudo contra Elizabeth Warren en Massachussets, y la retirada de Olympia Snowe en Maine hizo que otro escaño seguro pasase a manos de un independiente, Angus King, que ha pactado con los demócratas. Un latino que sirvió como Cirujano General bajo la administración de G. W. Bush se quedó a solo tres puntos del candidato republicano en Arizona, y el senador Heller de Nevada casi pierde. Un ciclo senatorial que muchos consideraban seguro para los republicanos acabó con ganancias para el Partido Demócrata: de 53 (demócratas) – 47 (republicanos) a 55-45.

¿Cómo ven los analistas 2014? Con un diagnóstico bastante similar. Del total de 33 senadores más 2 escaños de special elections, 21 están ocupados ahora mismo por senadores demócratas y 14 por senadores republicanos. Todos los escaños republicanos en juego se encuentran en estados entre relativamente conservadores y muy conservadores salvo uno (en Maine), mientras que, de los 21 escaños demócratas en juego, 7 están situados en estados considerados red-states, lugares en los cuales el Partido Republicano tiene muy buenos resultados, y otros 6 en swing states, lo que deja sólo 8 escaños como plenamente seguros (salvo casos absolutamente excepcionales).  Apenas hay retiradas en el bando republicano: Johanns, Nebraska y Chambliss de Georgia se marchan, escaños que se dan por asegurados, especialmente el primero. En el lado demócrata hay, al menos, y hasta el día de hoy, 5 bajas: Rockefeller, Virginia Occidental; Harkin, Iowa; Levin, Michigan; Lautenberg, New Jersey y Johnson, Dakota del Sur. Como en 2012, un panorama a la defensiva para demócratas y al ataque para republicanos.

Pero los republicanos perdieron su primera oportunidad: tras la nominación de Kerry, senador por Massachussetts, como Secretario de Estado, se pensó que Scott Brown, muy popular a pesar de su reciente derrota, podría aspirar y ganar este escaño, demócrata desde los ochenta. Pero, quizá pensando en las elecciones a Gobernador de 2014, ha rechazado. Y, con él, otros candidatos potentes, como Richard Tisei. De hecho, han tenido hasta problemas para encontrar candidato republicano, mientras que, en el lado demócrata, la nominación está entre dos Representantes por dicho estado, Markey y Lynch, que obtuvieron ambos unos espectaculares resultados en 2012, y, más que posiblemente, mantendrán el escaño para los demócratas.

Además, hay más riesgos: el Tea Party y su entorno. Con la retirada de Chambliss en Georgia se abre la veda para unas primarias peligrosas, que ya tienen varios candidatos declarados, uno de ellos el Representante por el distrito 10 de Georgia, Paul Broun, que tiene un cierto historial de incorrecciones políticas (es beligerantemente creacionista y llegó a decir que Obama utilizaría los Civilian National Service Corps para instaurar una dictadura marxista) que pueden provocar un nuevo Todd Akin, cosa que intentará lograr por todos sus medios el Partido Demócrata. En Maine, Susan Collins, una de las pocas republicanas moderadas que quedan, podría retirarse, como su colega Snowe hizo en 2012, si cree que puede ser desbancada en primarias por candidatos más conservadores, lo que haría que, directamente, dicho escaño fuese a parar a los candidatos demócratas, según las encuestas. En Kentucky, donde el líder republicano en el Senado McConell muestra unos números de popularidad terribles y se juega su reelección, puede haber primarias co-patrocinadas por Club for Growth y otros grupos conservadores, y, por si fuese poco, el Partido Demócrata ha estado flirteando hasta hace apenas unos días con la posibilidad de que Ashley Judd, una conocidísma actriz, fuese su rival (a solo 3 puntos en algunas encuestas), aunque finalmente lo ha rechazado. En Iowa, las posibilidades del front-runner republicano, el Representante del 3er distrito, Steve King, también del Tea Party y muy duro en sus declaraciones, ponen en peligro las posibilidades republicanas y facilitan la elección a un demócrata moderado como Bruce Braley. Y donde parece que hay grandes oportunidades, como en Virginia Occidental, un estado pequeño y conservador con mucho poder demócrata desde hace años, con Shelley Moore Capito, republicana moderada, el Club For Growth ya ha dicho que no la apoyará y tratará de presentar rival. En Carolina del Norte también hay un candidato del Tea Party que concurrirá, si bien no desempeña ningún cargo político y eso le resta posibilidades.

Los objetivos demócratas a batir son claros: las senadoras Hagan (Carolina del Norte) y Landrieu (Lousiana) y los senadores Beigich (Alaska), Pryor (Arkansas, elegido sin oposición republicana en 2008), Franken (Minnesota), Baucus (Montana), por un lado, y Warner (Virginia), Tom Udall (Nuevo México), Mark Udall (Colorado) y Shaheen (New Hampsire), por otro. De estos últimos, los cuatro tienen buenos números a priori, y ningún rival demasiado formidable a la vista. De los primeros, parece que Franken tiene buenas posibilidades (especialmente si la candidata republicana es Michelle Bachmann), mientras que los demás podrían estar en más dificultades, especialmente Baucus (que puede tener complicadas primarias si el antiguo Gobernador Schweitzer decide presentarse), Hagan (que tiene muy poco dinero recaudado) y Landrieu, si bien todos tienen un cierto respaldo en las encuestas… al menos por ahora. La retirada de Johnson en Dakota del Sur abre las puertas a la renovación: los dos candidatos a sustituirle en la candidatura demócrata son su hijo y la antigua Representante en la Cámara, Stephanie Herseth, muy popular en el estado, aunque el rival declarado, el antiguo Gobernador republicano Mike Rounds, supera a ambos en las encuestas.

Nada es seguro todavía, aunque parece más que probable que el Partido Republicano mantendrá Georgia con mucha seguridad, Kentucky con seguridad y Maine siempre que la senadora Collins no se retire, y se llevará Virginia Occidental y quizá Dakota del Sur y Carolina del Norte. Aunque todo está por ver.

José Antonio Gil Celedonio